Un repaso al pasado del Ángel de la Independencia

La Columna de la Independencia, erigida por primera vez en 1910, es una de las estructuras más reconocibles de todo México y de la capital. Conocida como "el ángel" por su más de un siglo de existencia, ha visto cómo la Ciudad de México se modernizaba poco a poco, ha servido como lugar de reuniones sociales y eventos culturales, e incluso ha sido presa de los caprichos de la madre naturaleza.

Viajemos por el tiempo para desvelar algunos de los misterios del Ángel de la Independencia y examinar su pasado.

La construcción del Ángel de la Independencia

El 2 de enero de 1902, bajo el gobierno de Porfirio Díaz, se colocó la primera piedra en los cimientos de lo que a la postre sería el Monumento a la Independencia. Durante ese evento, también se agregó un cofre que contenía el Acta de Independencia de México, así como varias monedas históricas.

El renombrado arquitecto mexicano Antonio Rivas Mercado supervisó el proyecto, mientras que el diseñador italiano Enrique Alciati creó las esculturas y bajorrelieves. En su momento costó 2 millones 150 mil pesos.

Díaz acabaría inaugurándolo el 16 de septiembre de 1910, con motivo del centenario de la independencia de México.

¿Qué hay en el interior?

El área de la urna se encuentra dentro del Monumento a la Independencia, a veces conocido como el Ángel de la Independencia. Los restos de varias personas fueron trasladados desde la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México para ser colocados en urnas dentro del monumento en 1925. Entre ellos se encontraban Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y Pavón, Juan Aldama, Ignacio Allende, José Mariano Jiménez, Pedro Moreno, Francisco Xavier Mina, Víctor Rosales, Guadalupe Victoria, Leona Vicario, Andrés Quintana Roo, Nicolás Bravo, Vicente Guerrero y Mariano Matamoros.

Debido a que Josefa Ortiz de Domínguez, conocida como "La Corregidora de Querétaro", sigue enterrada en Querétaro, Leona Vicario es la única mujer enterrada en la Columna.

Si usted vive en el interior de la República y desea visitar este monumento histórico de la capital, no dude en comprar sus boletos de autobús con destino a la terminal del norte de la Ciudad de México.

El único castillo monárquico de América, el de Chapultepec

El Castillo de Chapultepec, único castillo monárquico de América, fue construido en México y ha sido habitado por la monarquía durante 228 años. Es la única estructura de este tipo en el continente americano.

Desde la cima de la colina, a 2.325 metros sobre el nivel del mar, donde se encuentra esta construcción, puede contemplarse una parte importante de la Ciudad de México. Los visitantes del bosque casi siempre lo examinan.

Aunque no está claro el propósito de su creación, se sabe que el Bosque de Chapultepec fue considerado un refugio de ocio tanto en la época virreinal como en los tiempos modernos.

Esto podría ayudar a explicar por qué, durante más de 200 años, el palacio acogió a numerosos virreyes e invitados notables.

Al pie de la colina, en el emplazamiento de la antigua casa de Moctezuma Xocoyotzin, se construyó por primera vez esta edificación. Pero tras la explosión de un polvorín a mediados del siglo XVIII, que dañó gravemente la estructura, se decidió construir el nuevo palacio en lo alto de la colina, justo enfrente de una antigua capilla dedicada al arcángel Miguel.

Cuando el virrey Bernardo de Gálvez gobernaba Nueva España, el 16 de agosto de 1785, se inició la construcción de la estructura.

De acuerdo con información encontrada en la página del Museo Nacional de Historia, Bernardo de Gálvez falleció inesperadamente el 8 de noviembre de 1786, por lo que la Corona española ordenó suspender el proyecto y subastar la obra por sesenta mil pesos, a pesar de que ya se habían invertido más de trescientos mil pesos.

Sin embargo, la obra no llamó la atención, por lo que en 1792 el virrey Juan Vicente de Güemes Pacheco y Padilla, segundo conde de Revillagigedo, la envió al Archivo General del Reino de Nueva España. Pero la iniciativa tampoco llegó a materializarse.

Finalmente, según los documentos, fue adquirido por el Ayuntamiento de la Ciudad de México en 1806. Sin embargo, la estructura fue abandonada durante la Guerra de la Independencia (1810-1821) y permaneció así hasta 1833, cuando se decidió albergar el Colegio Militar. A partir de entonces, se le llamó "Castillo".

El ejército estadounidense bombardeó el Castillo los días 12 y 13 de septiembre de 1847, causando importantes daños. Fue devuelto al Colegio Militar dos años más tarde.

Con el tiempo, a partir de 1864, cuando Maximiliano y Carlota llegaron al poder, decidieron construir el Alcázar del Castillo como su residencia imperial, modificando la arquitectura del edificio en el proceso.

La estructura permaneció desierta hasta 1872, tras la caída del imperio en 1867.

Por otro decreto se creó entonces el Observatorio Astronómico, Meteorológico y Magnético, pero sólo funcionó hasta 1883, antes de volver a utilizarse como residencia presidencial.

El Castillo y el Alcázar no alcanzarían su máximo esplendor hasta el mandato de Porfirio Díaz. Abelardo Rodríguez fue el último presidente en habitarlo, seguido por Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Emilio Portes Gil y Pascual Ortiz Rubio.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia fue creado por la Ley Orgánica que el General Lázaro Cárdenas promulgó el 3 de febrero de 1939.

El Museo Nacional de Historia y los acervos del Departamento de Historia del anterior Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía se encuentran en el Castillo de Chapultepec, que fue reconocido como patrimonio nacional en el artículo tercero de esta ley.

Lugares que debe visitar si viene a la CDMX

Ciudad de México, sede del reino azteca que los españoles colonizaron en 1521, se distingue por su diversidad. En su interior, podemos ver ejemplos contemporáneos de arte urbano callejero que conviven con una arquitectura colonial que contrasta con el simbolismo del arte creado por los aztecas, que fueron los primeros habitantes de la ciudad. Sus lugares son realmente mágicos y capaces de proporcionar experiencias inigualables. 

  • Palacio de Bellas Artes

Construido a principios del siglo XX, el Palacio de Bellas Artes es en sí mismo una obra de arte. Con su impresionante construcción y llamativo diseño -la fachada es de estilo art nouveau, mientras que el interior es art déco-, se ha convertido en un lugar emblemático de Ciudad de México. Su construcción se inició bajo la dictadura de Porfirio Díaz, y el gobierno mexicano lo proclamó monumento artístico nacional en 1987.

En su interior se encuentran el Museo de Bellas Artes, el Museo de Arquitectura y el teatro donde actúa el Ballet Folclórico de México. Recuerde que los domingos la entrada a los museos es gratuita.

  • Museo Nacional de Arte

El Museo Nacional de Arte se encuentra frente a la plaza Manuel Tolsá, a poca distancia del Palacio de Bellas Artes. Lo mejor es que la entrada es gratuita los domingos, y alberga una colección de obras de arte de los siglos XVI al XX. Tendrá la oportunidad de ver gratis obras de arte de grandes artistas como Diego Rivera o Rufino Tamayo. Los fines de semana también se celebran conciertos gratuitos.

  • Plaza de las Tres Culturas

Prepare su cámara y póngase sus zapatillas más cómodas. ¿Se ve presente en tres épocas históricas distintas? Puede hacerlo en la Plaza de las Tres Culturas. El yacimiento arqueológico de Tlatelolco, que lleva la huella de los aztecas, está aquí para representar la cultura de Tenochtitlan. La iglesia parroquial y el convento de Santiago, representativos de la época colonial, lo son de la cultura española. Y la Torre de Tlatelolco, que alberga el Centro Cultural Universitario, está aquí para representar la cultura del México contemporáneo.

  • Ángel de la Independencia

En México hay muchos iconos, pero uno de los más perdurables es el Ángel de la Independencia, que se encuentra en el Paseo de la Reforma, la vía más significativa de la capital. En honor a la libertad de la nación, este monumento fue inaugurado en 1910. Más que un ángel, se trata de Niké, la diosa griega del triunfo. Los 15 kilómetros del Paseo de la Reforma conducen a varios puntos de la ciudad, como la Fuente de la Diana Cazadora y la Torre Reforma, que es el edificio más alto de Ciudad de México.

  • Glorieta de los Insurgentes

La Glorieta de los Insurgentes es un lugar que abraza la diversidad y el modernismo. No es una glorieta más de la Ciudad de México. Aquí podrá disfrutar de mariachis, rock, jóvenes, cocteles, cafés, discotecas, restaurantes y el Metro. Conecta la Zona Rosa con la colonia Roma Norte y se ubica en el cruce de las avenidas Chapultepec e Insurgentes.

  • Polanco

Polanco es uno de los barrios más acomodados de la CDMX. Estas zonas respiran elegancia. El espectacular Museo Soumaya y encantadores espacios abiertos son los principales atractivos de esta zona, que también cuenta con restaurantes, tiendas y hoteles de lujo. 

El Museo Soumaya, que cuenta con una importante colección de Rodin y maravillosas novedades que entusiasman a cualquier turista, es gratuito durante todos los días del año. Además, se ha convertido en un símbolo de la arquitectura moderna

¿Tiene idea de cuántos castillos hay en América Latina? Solo hay uno, y está en Chapultepec, en nuestro país. Es el único castillo que existe en nuestro continente. ¿No lo había previsto? Los virreyes españoles y el emperador Maximiliano de Habsburgo residieron en esta maravilla arquitectónica, convertida después en Casa Presidencial hasta 1940.

Este museo ofrece entrada gratuita al público todos los domingos. Así, disfrutará contemplando obras de arte, fotos y papeles que representan valiosísimos artefactos del pasado y cuentan historias de la vida antes y después del colonialismo.

Comida que debe probar en la CDMX

Ciudad de México, la capital del país, es el lugar donde debe probar algunos de los mejores platos gastronómicos cuando venga próximamente. Estas son algunas de las mejores comidas:

  • Tacos

Ya sea residente de toda la vida o turista, el taco, el plato mexicano más conocido, sigue siendo uno de los favoritos de la comida mexicana. Se puede comer como tentempié rápido para llevar o al aire libre en la acera. El auténtico taco debe hacerse con tortillas de maíz y cubrirse con cebollita y cilantro.

  • Gorditas

Esta tortilla de maíz se fríe dos veces antes de que se rellene con frijoles refritos, queso y chicharrón prensado. Además, puede añadirle cebolla, cilantro y guacamole.

  • Tlacoyos

El tlacoyo, una tortilla de maíz azul rellena de chicharrón, requesón o pasta de frijoles, es otra de las comidas callejeras más populares de México. Antes de cocinarse, los ingredientes se colocan en el centro de la masa y luego se cubre con queso, salsa y nopales. El mejor lugar para comprarlos es un vendedor ambulante que los cocine al aire libre en una plancha.

  • Pambazos

Cada bocado tiene un poco de picante por el remojo previo en salsa de chile guajillo antes del secado. El bocadillo contiene chorizo, patatas, nata y queso fresco. Le mantendrá lleno mientras explora la ciudad.

  • Quesadillas

Cuando pide una quesadilla en cualquier otro lugar del país, se supone que el queso viene incluido. En la capital debe especificar que quiere queso en su quesadilla, o acabará sin queso y decepcionado. Además, se le puede agregar pollo, sudadero, pastor, hongos o flor de calabaza.

  • Camotes

Ningún viajero a Ciudad de México debería dejar de probar el camote. Los camotes están cerca si se está atento al singular silbido del carrito. Este plato caliente de camote se acompaña con mermelada de fresa y leche condensada.